El hombre necesita alimentos y oxigeno para vivir. Es capaz de almacenar alimentos, pero no almacena oxígeno, por tanto el aporte de oxígeno ha de ser constante para realizar la gran mayoría de las funciones del cuerpo humano.
La nutrición es el proceso resultante de la digestión y absorción, y posterior utilización por parte de la célula, de ese alimento, que en última instancia se llama nutriente.
La primera digestión empieza en la boca (la saliva está formada por ptialina, que descompone el bolo). La saliva posee enzimas capaces de dividir el almidón en los azúcares (primer rompimiento).
El bolo alimenticio pasa al esófago, y a través del cardias al estómago. De estómago se obtiene el quimo, gracias a la acción de los jugos estomacales. El quimo pasa por el intestino, donde recibe la secreción de jugos hepáticos y pancreáticos, obteniéndose finalmente un alimento reducido a las subunidades de glucosa, ácidos grasos y aminoácidos.
Después transcurre por el intestino, donde es absorbido por la sangre, pasando por la vena porta.
Los enzimas son sustancias presentes en las reacciones, y posibilitan y aceleran dichas reacciones.
EL ATP es el compuesto energético Adenosin Trifosfato (Adenina + Ribosa ---> P - P - P)
La energía de los alimentos no se transfiere directamente a las células para el trabajo biológico. La energía alimenticia es recogida y canalizada por un compuesto que es el ATP.
La energía potencial dentro de la molécula de ATP es utilizada en todos los procesos que la célula requiere. El ciclo de recibir y dar energía representa en esencia, las dos actividades principales de la transformación energética de la célula.
El ATP actúa como moneda de cambio. La energía liberada durante la degradación del ATP, se transfiere directamente a otras moléculas que la necesitan para otro tipo de trabajo.
El ATP es necesario para la contracción muscular, para la absorción intestinal, para la secreción glandular y circulación, y construcción de nuevos tejidos, y para la transmisión nerviosa.
Cuando se requiere energía, el enlace exterior con el fosfato, se rompe (es un enlace covalente), dando 7,3 Kcal por molécula gramo formándose un nuevo compuesto denominado ADP.
Otro compuesto, familia del ATP, es el PC (Fosfato de Creatina).
En el músculo, la resíntesis o fabricación del ATP, se hace mediante la transferencia de energía química de otro compuesto fosfatídico, también de alta energía llamado PC.
Para compensar la presencia mínima de ATP en el músculo, aparece con mucha mayor presencia el PC, que actúa reponiendo el ATP según se gasta, añadiéndose a la molécula de ADP, su fosfato, dando de nuevo lugar a la molécula de ATP. Este proceso de ir reponiendo ATP gracias a PC, es un proceso anaeróbico.
Se produce ácido láctico en el momento que hemos consumido el PC en su totalidad.
La concentración de fosfato de creatina es tres veces mayor que la de ATP. La energía liberada de la degradación de PC es utilizada para reponer (reunir) ADP y P (ATP). El fosfato de creatina cede su fosfato y energía para formar de nuevo ATP. En esta reacción actúa la enzima creatincinasa. Así tenemos la energía necesaria para la contracción de la fibra muscular, que es proporcionada por la molécula de ATP, la cual ha acumulado energía al formarse por la síntesis de ADP + P, y libera energía cuando sucede lo contrario.
¿ Pero qué ocurre cuando se han agotado las reservas de reposición de este sistema (se agota el PC)?
Esta energía es proporcionada por el alimento (glucosa), siendo la glucosa un combustible del que se puede obtener energía sin necesidad de oxígeno. El sistema nervioso sólo puede funcionar con glucosa, para que después el organismo tome la energía de las células nerviosas cargadas de glucosa (por lo que se producen mareos en grandes esfuerzos).
La glucosa y el oxígeno, dan como resultado Co2, Agua, calor.
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