Esta manipulación consiste en dar pequeños golpecitos con las yemas de los dedos de ambas manos, ligeramente curvados, a una buena velocidad y ordenadamente uno tras otro, como si de tocar el piano se tratara. El masajista puede percutir con las dos manos a la vez, o alternándolas.
La posición de las manos es con los dedos semicurvados y las muñecas relajadas.
Se trata de ir golpeando dedo a dedo, es decir, primero con el meñique, luego con los medios y, finalmente con los índices, volviendo después nuevamente a empezar.
Es la última manipulación del masaje. Va dirigida al sistema nervioso. Se da para relajar al final del tratamiento, sobre todo en las zonas contracturadas, inflamaciones e hiperexcitabilidad.
Esta manipulación está muy indicada para casos de insomnio, aplicándola sobre la columna vertebral. Adquiere mayor importancia cuando se aplica sobre los párpados, nariz, frente, mejillas y estimulación del sistema nervioso.
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